Joaquín Candel, sexto en la peligrosa carrera Yukon Arctic Ultra 2019, una de las más extremas del mundo

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Joaquín Candel, sexto en la peligrosa carrera Yukon Arctic Ultra 2019, una de las más extremas del mundo

Teletipo de  Pablo Verdú para la Agencia EFE

Alicante, 15 febrero.-El corredor alicantino Joaquín Candel ha finalizado en sexta posición la Yukon Arctic Ultra 2019, una de las competiciones más peligrosas y extremas del mundo por la longitud de su recorrido y las condiciones climatológicas extremas en las que se disputa.

Llegada a la meta de Joaquín Candel

Candel, que tomó parte junto a otros setenta atletas en esta prueba canadiense, ha completado los casi setecientos kilómetros de recorrido expuesto a temperaturas que han rozado los cuarenta grados bajo cero en un plazo inferior a los trece días (312 horas).

El ultrafondista, de 48 años, es piloto aeronáutico de profesión, reside en Estados Unidos y ha participado por tercera vez en esta competición en la que de momento solo doce han llegado a la meta.

Tras finalizar la prueba, Candel indicó que lo más duro de la prueba eran las llegadas a los puestos de control de la organización, ya que si se le encontraba algún indicio de congelación lo podían sacar de la carrera.

«Los descansos en los puestos de control eran de cuatro, seis u ocho horas. Si no veía claro que no podía llegar al próximo, no salía», confesó el alicantino.

Arrastrando el trineo en un momento de la carrera

«Los últimos días han sido una gozada porque me tocaba empezar temprano y disfrutar de los amaneceres», añadió Candel, quien indicó que la última etapa la realizó en diecisiete horas «sin parar» y que se quedó «dormido» mientras corría, lo que le provocó una pequeña congelación en la nariz.


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«Vuelvo a Canadá para superar la carrera más dura, la de larga distancia»

El corredor alicantino es el único español que sigue en la Yukon Arctic Ultra tras retirarse el ciclista Juan Carlos Nájera por congelación y Kike Trull a causa de una pulmonía.
Pablo Criado y José Luis Romero quedan en segunda y cuarta posición, respectivamente, en la carrera de 100 millas

«Regreso a Yukon por la prueba de larga distancia, ese es esta vez mi desafío. Las últimas millas son las más difíciles y sé que tendré que estar muy preparado y descansado los últimos cinco días para superar el reto.»

Un selfie de Joaquín Candel durante una pausa de la prueba que se celebra en Canadá

Esas son las últimas declaraciones del corredor alicantino Joaquín Candel antes de perderse entre los chorros polares de Canadá, muy cerca de la frontera con Alaska, para participar en una de las carreras más peligrosas del mundo: la Yukon Arctic Ultra. Es la tercera ocasión en la que Candel regresa a esta deshabitada provincia canadiense. La primera fue en 2016. En esa edición participó en la carrera de 300 millas, ya que la de 430 millas no se convocó al realizarse cada dos años. Un año más tarde encontró la energía necesaria para afrontar la 6633 Arctic Ultra, donde figuró entre los siete atletas que cruzaron la meta de los 31 que comenzaron la prueba. Quedó en quinto lugar.

Sin embargo, aunque buena parte del recorrido será el mismo, para el deportista casi como la primera vez. «Hay zonas que no conservo en la memoria porque las atravesé de noche y otras era un verdadero zombi. A veces vas muerto de sueño y solo te concentras en dónde vas pisando y, otras, ni siquiera miras a tu alrededor.»

«Regreso también porque me encanta la organización, los voluntarios y la gente que participa. La máxima preocupación, por lo tanto, es el tiempo. En 13 días, que es lo que dura la prueba, la meteorología puede cambiar bastante. La zona es un pasillo de chorros polares y hoy puedes estar a 10 grados bajo cero y mañana a 40 bajo cero. Si alcanza los -40 grados la carrera se para, la organización no deja que nadie salga de los puestos de control porque las motos de nieve no arrancan y peligra la seguridad.

Candel arrastra un trineo que supera los 20 kilos y en gran medida de él depende su supervivencia. «Puedes echar lo que quieras y además te obligan a llevar material de emergencia.»

Junto con provisiones para los 13 días que dura la prueba, el corredor no se ha olvidado de llevar con él una linterna frontal, pilas de recambio, 2 juegos de cerillas de expedición que se pueden mojar, material para encender fuego como papel o algodón, una alfombrilla especial como colchón, un saco certificado para soportar más de 45 grados bajo cero, una chaqueta capaz de resistir bajas temperaturas y una tienda de alpinismo. Además, es necesario un silbato para usar en caso de rescate para ayudar a ser localizado, una brújula y un kit de primeros auxilios que utilizará para curarse ampollas y pequeñas heridas, lesiones muy frecuentes en este tipo de pruebas. Otro elemento imprescindible es un hornillo de gas o gasolina líquida en el que derrite la nieva y obtiene el agua necesaria para cada día. Junto a él lleva consigo un cazo con capacidad de dos litros y una sierra por si se ve obligado a cortar leña. «Aunque la previsión es que llevemos encima comida para unas 48 horas, yo calculo que podría estar sin ayuda unas 60 horas.» Crampones para las botas y una pala para excavar en la nieve son otros elementos de gran utilidad que cada corredor debe llevar en esta prueba.

Joaquín durante la carrera en la Yukon Arctic Ultra 2019

«Tengo un nerviosismo tremendo por saber si podré continuar noche tras noche una vez que pase el punto de control de la maratón. Ese será el momento crucial.»

Aunque al inicio de la carrera los participantes suelen organizarse en equipos, lo normal es que se acaben rompiendo. «Cada uno lleva su propio ritmo y es muy difícil mantenerlo junto a otros. No siempre podemos ir en paralelo, muchas veces el camino de nieve prensada por el que avanzamos es solo para un trineo. En todas mis carreras he acabado solo. Aunque hablas con los que se cruzan contigo y conoces a gente, te acostumbras a la soledad. Es tiempo de meditación.»

Un momento de la carrera

Planificar cada paso es para Joaquín la clave de una carrera de estas características. «Debes de programar cada parada para evitar la congelación. No pueden prolongarse más de 2 o 3 minutos. Lo más importante es economizar el tiempo para detenerte lo menos posible y cuando lo haces, que sea con eficacia.»